Santo de mi devoción: Una exposición atómica

El domingo 26 de julio de 1942, los encabezados de los periódicos deportivos de la época anunciaban: “Debuta un enmascarado que se hace llamar El Santo”. Rodolfo Guzmán Huerta, vestido con mallas negras y vivos grises, calzón, zapatillas, una capa y una máscara plateada confeccionada por él mismo con piel de cerdo, subió al cuadrilátero de la antigua Arena México para dar inicio a la leyenda.

A 25 años de su muerte, el luchador nacido en Tulancingo, Hidalgo, referente popular del mexicano y reconocido internacionalmente, es recordado a través de la muestra de dibujos e ilustraciones Santo de mi devoción: Una exposición atómica, la cual se inaugura hoy en el Centro Cultural Buzón de Arte, ubicado en la colonia Roma, de la Ciudad de México.

Son más de 60 obras elaboradas tanto por consagrados de la historieta mexicana como por nuevos creativos del medio con un punto en común: reconocen en El Santo a una indiscutible figura central del universo de la lucha libre y la cultura popular de México.

A seguir vía Milenio