La producción alternativa de Norteamérica encuentra en la novela gráfica su definitivo destino editorial. Por ser un formato que permite al lector una visión integral de la obra, y al autor la creación de personajes de carne y hueso a la vez que el planteamiento de tramas puedan ser desarrolladas con plenitud y consistencia. Esta no es una pelea visceral ‘superheroica’ entre ambos autores (ya les gustaría a algunos… como no) , es solo una vision sencilla de algunas de sus obras recientes.
Daniel Clowes
El autor mantiene un merecido estatus de autor de culto que se cimenta en títulos tan imprescindibles como ‘David Boring’ o ‘Like a Velvet Glove Cast in Iron’, donde la singular irrupción de lo irreal en la perturbadora realidad a menudo ha propiciado comparaciones con el cine de David Lynch. La adaptación fílmica de su novela gráfica ‘Ghost World’ no ha hecho más que revalidar la fama de Clowes entre los círculos alternativos. Y lo mas reciente es un volumen que reúne nueve de sus mejores historias cortas bajo el título común de ‘Caricature’.
En realidad se trata de sendos retratos trazados con mano maestra, de nueve radiografías humanas tan certeras como despiadadas que describen vidas complejas y socialmente disfuncionales. Desde la infancia expectante a la madurez patética, las experiencias descritas están pautadas por el hastío, la melancolía o el displicente autoanálisis. Fracasados, seres anómalos e inadaptados, personalidades brillantes o abrumadoramente mediocres, todos son diseccionados por Clowes con analítica precisión de cirujano.
Gráficamente, se sirve de un realismo perfeccionista y frío donde grises y sombras acentúan una incómoda sensación de ‘nonsense’ que envuelve a los protagonistas e incluso inunda la propia experiencia cotidiana.
Charles Burns
Su personalidad y su obra le han convertido en otro creador claramente de culto, avalado por obras como ‘Burn Again’ o ‘Misterios de la carne’ y creador de anómalos personajes como Big Baby, El Borbah o Dog Boy, que fue adaptado a un programa de la Liquid Televisión. Amante de la cultura basura y la serie B, recrea mundos enfermizos y practica un horror paródico de ambiente retro. Pero en la serie ‘Agujero Negro’ va un paso más allá y realiza un trabajo de madurez plena, sin duda su obra maestra. Reunida en un solo volumen que supera las 300 páginas, describe un oscuro universo adolescente donde a la angustia de tan problemática etapa se une la propagación de una plaga que origina horribles malformaciones.
Con un dibujo rotundo y depurado, de ominosos contrastes blanquinegros, recrea una atmósfera malsana y opresiva que entremezcla realidad, alucinación y sueño. Burns exhibe una puesta en escena original y repleta de símbolos a la vez que plantea una inquietante alegoría sobre los problemas de la adolescencia: el temor a los cambios físicos, la iniciación al sexo y la marginación de los individuos marcados por la diferencia.
(*) Vía eldiariomontanes.es