La Feria del Libro ha visto el bautizo de El Cuy tira, la edición total de las aventuras de nuestro viejo, y siempre joven, amigo. El Cuy de Juan Acevedo es uno de los más interesantes vástagos y a la vez una de las mejores representaciones de la Generación del 68.
El Cuy y su álter ego Humberto constituyen una reencarnación de la pareja más célebre de la novela moderna: el Quijote y Sancho Panza. El Cuy es un personaje complejo que tiene de Quijote pero también bastante de Sancho: simpático, soñador, carismático, idealista, honrado, pero también engreído, narcisista, amante de la figuración, por momentos soberbio, machista, moviéndose entre la euforia y la depresión, padre amoroso y marido enamorado, pero al mismo tiempo un truhán capaz de sacarle la vuelta a la Pericotita. Un cuy, en suma, de su tiempo.
El Cuy nació en el diario La Calle a fines de 1979. Luego se trasladó a El Diario de Marka, donde comenzó a publicarse el 13/5/80. Signo de los tiempos: apenas cuatro días después un destacamento armado de SL asaltó la escuela de Chuschi (Ayacucho) dando inicio a su “guerra popular”.
El Cuy vivió luego una existencia precaria en publicaciones periódicas y resucitó recientemente en versión virtual. No fue ajeno a las dudas, vacilaciones y desgarros de su generación. Juan Acevedo se alimentaba de sus propias experiencias pero también de las de un amplio grupo humano que compartía un mismo ideal y se jugaba por él.
La nota completa es de Nelson Manrique y pueden seguirlo desde LaRepublica