Desde que salió hace 20 años, es el ‘Ulises’ de la viñeta. El diario ADN de Barcelona (por medio de ADN Weekend), nos da 12 razones para comprar la edición de lujo.
UNO. Al mismo nivel que Dostoievski
Con la obra maestra de Alan Moore, el concepto de novela gráfica se popularizó definitivamente. Es el único cómic en la lista de Time de las 100 mejores novelas del siglo XX. También es la única que ha ganado el Hugo Award, prestigioso premio de literatura de ciencia ficción.
DOS. Flashbacks y otros trucos de película
No hay globos con puntos suspensivos que digan lo que piensan los personajes a cada momento. Si acaso algún diario escondido. Pero sí que hay flashbacks que rebobinan hacia la guerra de Vietnam. Watchmen es como el cómic de una película que no se había hecho (y que ahora se hará).
TRES. ¿Seguro que vas a caber en esas mallas de colores?
Hasta Robin cobrará una pensión de tercera edad. Miller trató la vejez de Batman en El regreso del caballero de la noche, pero ese tabú que ahora abordan otros autores se ilustró primero en Watchmen, con cóctail parties de viejecitos incluidas.
CUATRO. ¿Quién vigila a los vigilantes?
Esta verdad como un templo es el leitmotiv del cómic y el verso que inspiró su título. Procede de la frase Quis custodiet ipsos custodes, de Juvenal, autor satírico en la época del Imperio Romano. Si en V de Vendetta Moore no duda en usar referentes pop, en Watchmen no lo hace con los clásicos.
CINCO. Algunos héroes cara al sol
Algunos superhéroes coquetean con el fascismo. Y, en esta novela gráfica, la publicación de extrema derecha New Frontiersman es la que los apoya.
SEIS. Metacómic, o dos historias en una
Dos por el precio de uno. Watchmen no sólo es la historia de un grupo de superhéroes jubilados. También es un cómic de piratas con regusto añejo que devora un quinceañero. Alan Moore homenajea a las viñetas introduciendo un cómic dentro del cómic: Relatos de la fragata negra.
SIETE. Tamaño XL y un ‘cómo se hizo’
La lujosa edición de Watchmen (Planeta DeAgostini) es un calco de la publicada en EE UU el año pasado. Esto es: tamaño kingsize (212 x 320 mm.) y tapa dura. Además, contiene textos inéditos de los autores, perfiles de los personajes y más bocetos e ilustraciones.
OCHO. «Pues a mi me gusta más el cómic…»
Como V de Vendetta, Watchmen también dará el salto a la gran pantalla. La adaptación la dirigirá Zack Snyder, ya ducho en el mundo de las viñetas: él es el responsable de la versión cinematográfica de 300. Todavía se desconoce fecha de estreno de un proyecto que se barruntaba desde 1986.
NUEVE. Nietzsche, siempre presente
El filósofo alemán pregonaba la llegada del superhombre, un ser que crea sus propias normas , tomando decisiones sin remordimientos. Watchmen retoma esta idea para reflexionar sobre el superhéroe.
DIEZ. Dave Gibbons, o el guiño a los clásicos
Que nadie busque espectacularidad en las páginas de Watchmen. Ni encuadres forzados ni músculos que no existen. El dibujo de Dave Gibbons es funcional, herencia directa de clásicos como Will Eisner o Jack Kirby. Un homenaje a la era dorada del cómic que predece del realismo de tipos como Alex Ross.
ONCE. Si es de Alan Moore… ¡No puede ser malo!
Es el Rey Midas del cómic. Todo lo que toca brilla. El guionista Alan Moore (Northampton, 1953) ha facturado algunas de las obras clave de la historia del cómic. Watchmen sólo es la punta del iceberg. En su currículum figuran hitos como V de Vendetta, From hell, La liga de los hombres extraordinarios y Batman: la broma asesina.
DOCE. Todo el mundo quiere a Rorschach
Es un psicópata que sólo ve las cosas en blanco y negro, pero acaba siendo uno de los personajes más logrados de Watchmen. Tanto por su uniforme (la misteriosa máscara, gorro y gabardina de detective, pantalón estrecho y botines) como por su nobleza (él acaba siendo el auténtico héroe de la historia).
M. Otero / D. R. Caruncho
(*) Vía diarioadn.com